El fenómeno empezó hace tres años y ayer se volvió a repetir. Cuando los Genoveses o Sorianos ven un debate perdido encuentran a alguien que les dice lo buenos, guapos y trabajadores que son. Si Rajoy en 2008 encontró una niña, en 2011 el Soriano mayor encontró a un señor de izquierdas de mediana edad que bien pudiera ser el abuelo de la niña de Rajoy, todo sea dicho, y así lo largó en el debate de TVE Canarias, sin sonrojarse, eso sí, con esos gestos de giro de cuello que le delatan cuando no está diciendo la verdad.
Los Sorianos han vuelto a demostrar que fuera de chequera y falsedades poco pueden contar a los electores. Menos mal que no hay otro debate aunque sería divertido ver en qué se convierte esta vez la niña de Rajoy. Lo que sí está claro es que ni la niña de Rajoy le dio el triunfo en 2008 ni el abuelo de la niña le dará el triunfo al Soriano mayor en 2011. Intentos desesperados de parecer creíbles.
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